El débil no puede perdonar. El perdón es un atributo de los fuertes

Mahatma Gandhi

El amor no perdona ya que en realidad no condena y para que exista dicho perdón, primero debería de condenarse.

Cuando piensas que debes perdonar es porque estás pensando lo que el Amor no pensaría.

Si crees que debes perdonar alguna ofensa, a quién no estás perdonando es a ti mismo.

No podemos vivir de un modo pleno cuando sentimos que el mundo nos ofende, nos lastima o nos hiere.

En el instante en el que sientes que debes defenderte, estas activando en el organismo las herramientas que te conducen a atacar o a huir y en ambos casos, te estarás dañando sólo a ti.

El amor y el miedo no pueden convivir juntos, es como la oscuridad y la luz.

Si amas, no existe posibilidad de sentir miedo.

Si estás en el miedo, no estás en el amor, es así de sencillo.

Aunque el amor no condena, la base del amor es el perdón, ya que para amar completamente, para encontrarte en el estado del amor, es necesario perdonar.

Reconozco, que al igual que la palabra amor ha sido muy denostada, lo mismo  ocurre con el perdón.

Perdonar es una palabra que procede del latín perdonare. Per como prefijo se aplica para definir la insistencia y donare para dar o donar. Por lo tanto, perdonar es dar con insistencia, dar completamente.

Si nos limitamos a la palabra en sí misma, perdonar es perdonar completamente. No pueden existir medidas o atajos.

En el perdón hay que dar completamente y para esto, debes insistir.

Existe en el ser humano una ilusión de dualidad. Esta dualidad nace de creernos el cuerpo.

Si te crees tan sólo un cuerpo y lo aceptas como la única realidad, entonces te estás condicionando a ser una serie de reacciones nacidas del instinto de supervivencia.

La vida del ser humano entonces se limitaría a nacer, crecer, reproducirse y finalmente morir.

Y estamos de acuerdo en que esta es la función más primitiva del hombre, pero no lo es todo.

Si observamos la evolución del ser humano, podemos extraer una enseñanza de la  misma.

Sabrás que los primeros seres humanos no se relacionaban del mismo modo que lo hacemos hoy en día.  En estos primeros hombres y aún en la Edad Media, eran dominados por el instinto de supervivencia y la vida no valía nada.

Poco a poco, el ser humano ha ido evolucionando y la mayor parte de las personas aspiran hoy en día, a algo más que sobrevivir.

Gracias a la evolución damos espacio a emociones mucho más elevadas como la solidaridad, el amor, la empatía y la paz interior.

Si piensas en esto, cuanto más te aproximas al animal en peligro, al instinto de identificarte con lo que tienes o al cuerpo, más cerca estarás del miedo, de la venganza y del rencor.

Entonces estarás condenando.

EL PERDÓN COMO EMOCIÓN ELEVADA

Imagen de Rosy en Pixabay

Aferrarse al odio es como tomar veneno y esperar a que la otra persona muera.

Buda

Perdonar nace desde el aprender a soltar, dejar ir, no vivir en un pasado y evolucionar.

En ningún caso significa justificar o resignarse.

Lo que haya pasado nos permite aprender y crecer en aquello que ha sido necesario para mostrarnos donde nos encontrábamos en el momento en el que ocurrió.

Ya sea respecto a nosotros mismos y con los demás.

Cuando  no perdonas, estarás anclado o vinculado a la persona (también a tu viejo yo), que no somos capaces de perdonar.

Seguirás reviviendo una y otra vez la situación de la que no has aprendido.

La estarás contemplando desde el miedo.

Cuando perdonamos, comprendemos que la situación podría haber sido de otro modo si hubiéramos tenido las herramientas necesarias.

No contábamos con ellas o bien no supimos utilizarlas.

Cuando no perdonas en realidad es que no quieres dejar ir, no te estás permitiendo avanzar, te has acomodado a una situación que aunque te resulta dolorosa, se ha convertido en tu zona de confort.

A mí me costó mucho comprender el verdadero significado del perdón.

Perdonar no implica que si alguien actuó para hacerte daño, tú no cuentes con la libertad de perdonar dejando atrás a esa persona o esa situación.

Perdonar significa apostar por ti, por tu paz interior.

Es aceptar elevándote al amor y no es resignarse, que es apostar por el miedo.

CONCLUSIÓN

Imagen de Rosy en Pixabay

Si lo que realmente quieres es una transformación, convertirte en tu mejor versión y que de este modo, tu vida cambie, debes abandonar tu viejo yo.

Mientras sigas anclado a un pasado, a lo que te pasó, a lo que te hicieron o al problema, seguirás repitiendo una y otra vez lo mismo, ya que tu mente seguirá ahí.

El primer paso para la transformación es sin duda el perdón.

La Galería cuenta con una trilogía de talleres (NUEVA MUJER), para ayudar a las mujeres a brillar, a transformarse y así, ser dueñas de sus vidas.

En estos talleres sin duda trabajamos el perdón como una de las herramientas fundamentales.

Además, en Higea Nature a través de PCT Coaching, puedes formarte en los talleres semanales, para acompañar a las personas en su proceso de transformación.

Para ayudar a otros, primero debemos ayudarnos a nosotros mismos.

Si te has cansado de sentirte una víctima o de esperar a que algo cambie, te invito a estos talleres que sin duda, revolucionará tu vida.

Esta web utiliza cookies propias y de terceros para su correcto funcionamiento y para fines analíticos y para mostrarte publicidad relacionada con sus preferencias en base a un perfil elaborado a partir de tus hábitos de navegación. Al hacer clic en el botón Aceptar, acepta el uso de estas tecnologías y el procesamiento de tus datos para estos propósitos.
Privacidad